SURFACE #1: La portada

Luce d'abissi

El viaje entre la multidisciplinariedad de las Artes Visuales y el Diseño comienza con la obra Luce d'abissi desarrollada por Piercarlo Lippi, Alessandro Magnotta, Eleonora Polo, Demetrio Zema como proyecto de tesis del curso de Animación Generada por Ordenador y por Jacopo Tonetti del curso de Diseño de Sonido.

SURFACE #1: El proyecto

Luce d'abissi

Luce d'abissi es un cortometraje realizado en animación 3D que, de forma alegórica y muy interpretativa, escenifica el paso entre la vida y la muerte de un adolescente que, tras un naufragio, fallece en brazos de su madre. El proyecto se inspira por la historia del arte y la literatura, especialmente la italiana: desde la estética a los temas, del gusto arquitectónico a las más mínimas elecciones estilísticas que dieron vida a los ambientes y los personajes. Las referencias visuales, simbólicas y religiosas se entrelazan, dando lugar a la construcción de un relato que, más que narrar una historia precisa, pretende suscitar emociones.

La estructura narrativa del cortometraje, así como su estética, derivan de una serie de influencias artístico-literarias que se canalizan en una única obra con diversos matices y simbolismos. La exaltación de conceptos como el sentimiento, la fantasía y la religiosidad está tomada directamente del Romanticismo, el movimiento cultural que dominó Europa entre los siglos XVIII y XIX. Igualmente fundamental en la construcción de la narrativa fue el clima cultural del Decadentismo, que se desarrolló en las dos últimas décadas del siglo XIX. Desde un punto de vista literario, de hecho, elementos como la muerte, tema central de la poética decadentista, sustentan el relato.

También se concede un papel importante a la corriente del Esteticismo y, en particular, a la figura del esteta, consagrada por D'Annunzio y Oscar Wilde. La figura del protagonista masculino refleja mucho a los cánones estéticos de un principito, un joven señor elegante y apuesto. Su cuerpo de largas extremidades, su pelo ondulado, su rostro andrógino y su elegante vestimenta son una fuerte referencia estética a la figura de Dorian Gray, pero también se hacen eco de la gracia y el estilo de cuento de hadas de las representaciones de la Hermandad Prerrafaelita y de las figuras masculinas andróginas de Leonardo Da Vinci. La cara del joven también recuerda a un autorretrato de Dante Gabriel Rossetti, mientras que el rostro del niño se inspira en la obra de John Everett Millais, For the Landlord.

Otra referencia literaria de peso es la poética del fanciullino de Giovanni Pascoli, poeta decadentista. Cuando el joven protagonista está con su madre, toma la apariencia de un niño, su niño interior, en un lugar onírico de perfecta armonía. 

La figura de la madre evoca los cánones de belleza de la Hermandad Prerrafaelita y, en particular, de las obras de Rossetti y Millais: pelo largo, suelto y cobrizo, rostro delicado, ropajes suaves y ondeantes de estilo clásico con referencias al arte griego y al estilo gótico-medieval. 

En particular, en la escena del encuentro es fundamental la referencia estética y religiosa a la Creación de Adán, un fresco de Miguel Ángel Buonaroti que forma parte de la bóveda de la Capilla Sixtina. Madre e hijo, en un cielo sin límites a las puertas del paraíso, extienden sus manos sin poder tocarse, calcando la misma posición de las manos de Adán y Dios en el fresco renacentista.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de las referencias son sutiles y puramente estilísticas, ya que el cortometraje se parece más a la atmósfera de cuento de hadas de los prerrafaelitas y, en general, no pretende transponer representaciones estereotipadas precisas: los protagonistas, en su anonimato, encarnan a una madre y un hijo que, en el momento de la muerte, se encuentran y pasan juntos al más allá.

Las obras de arte no son meras referencias estéticas: de hecho, casi la totalidad del cortometraje se presenta en un estilo visual de refinado gusto pictórico, mientras que a nivel de dirección se caracteriza por pequeños movimientos de cámara, adoptando perspectivas que captan el ambiente desde el exterior de forma casi contemplativa. La quietud de los planos y la ritualidad de las acciones realizadas por los protagonistas permiten al espectador sumergirse en las imágenes como si estuviera ante un cuadro. El estilo pictórico también ayuda al espectador a comprender la historia. De hecho, son las escenas pintadas las que cuentan la historia de ese pasaje, la representación de un limbo en el que se encuentra el pequeño antes de pasar a mejor vida. El resto de las escenas, al principio y al final del corto, muestran lo que ocurrió en el mundo real: el naufragio.

Guiando todo el relato con su triple función narrativa, estética y simbólica están los dos elementos fundamentales de todo el proyecto: la luz y el agua.

La luz se presenta siempre como un fuerte haz volumétrico que envuelve al personaje, cargándolo de significado narrativo y simbólico. A lo largo del cortometraje, los haces dirigen las escenas enfocando al protagonista, envolviéndole en luz, invitándole implícitamente a dejarse llevar, a seguir adelante. Algunas estancias se caracterizan por la mera presencia de luz, haciéndose eco del concepto aristotélico de que la luz, en su aparente inmaterialidad, es un elemento eterno y evanescente en el que están inmersos los cuerpos terrenales.

En contraste con la quietud de la luz y el encuadre, el agua representa la fuerza motriz, cambiante e incontrolable de la narración. Símbolo habitual de vida y renacimiento, el agua es la causa de la muerte de los dos protagonistas. No es, pues, un agua salvadora y purificadora, sino una fuerza material y caótica. La representación alegórica y ficticia del limbo, inicialmente en paz, se llena gradualmente de agua, llevando a término ese viaje de la única forma en que podía terminar. 

Sin embargo, sería un error asociar el agua exclusivamente con la muerte. Es precisamente cuando la luz y el agua coexisten cuando madre e hijo se encuentran y pasan juntos al más allá. El equilibrio entre los dos elementos encarna simbólicamente la paz, la armonía, la tranquilidad tras el naufragio; el agua se llevará los cuerpos, mientras que las almas permanecerán en la luz eterna. La imagen de la portada se centra en este equilibrio: la protagonista, bañada en luz, se hunde hacia el abismo mientras las ballenas - una madre y su cría - enmarcan la narración, enriqueciéndola con más simbolismo.

La música es una parte fundamental del proyecto. No solo da vida a las imágenes, sino que también dirige al espectador, sugiere la emotividad de los distintos momentos de la narración. Acompaña las secuencias animadas, contribuyendo a crear tensión, contemplación, tristeza, serenidad, evocación y todos los sentimientos que el cortometraje quiera suscitar en los distintos momentos de la narración.

Basándose en el guion, el guion musical se escribió primero dividiendo el cortometraje en cinco momentos principales e identificando cuáles serían o podrían ser los puntos de inflexión, de giro o de silencio dentro de ellos. El componente melódico e instrumental, aunque casi siempre presente, deja espacio a sonidos más ambientales, evocadores, oníricos… buscando en ellos frecuencias medias y bajas que conmuevan al espectador y hagan que las atmósferas sean diferentes entre sí, pero todas ligadas a una instancia principal: el limbo. El protagonista se encuentra en un entorno que no existe, realista pero alegórico, fruto de la abstracción. Es una frontera sutil, imperceptible; la razón por la que está ahí, el naufragio, solo se revela al final de la historia. En el plano sonoro, la elección de instrumentos con frecuencias bajas, mucha reverberación y un sonido particularmente cerrado, a veces amortiguado, remite directamente al elemento agua: aunque las escenas no sean submarinas, la banda sonora por sí sola hace que los ambientes parezcan cerrados en una burbuja, sumergidos en el agua, contribuyendo implícitamente a la comprensión de la historia. El proyecto se compone de música e imágenes en completa armonía entre sí, con el objetivo principal y común de llevar al espectador a un viaje onírico, evocador y emocional.

Diploma Accademico di I Livello in Computer Generated Animation – IED MILANO 

ALESSANDRO MAGNOTTA – DIRECTOR | TEAM LEADER – Screenwriter, Cinematographer, Lighter Artist, Look Dev Artist, Texture Artist, Colorist, Music Composer, Cloth Simulation Assistant 

ELEONORA POLO – DIRECTOR | ART DIRECTOR – Screenwriter, Concept Artist, Scenographer, Lead Compositor, Set Dresser, Layout Artist, Character Designer, Groomer, Posing Artist Assistant, Colorist 

PIERCARLO LIPPI – Modeling, Prop Artist, VFX Artist, Whale Rigger, Technical Artist, Compositor Assistant 

DEMETRIO ZEMA – Animator, Rigger, VFX Lead, Cloth Simulation, Groom Simulation, Technical Artist, Rendering, Compositor Assistant 

 

Diploma Accademico di I Livello in Sound Design – IED MILANO  

JACOPO TONETTI – Sound Designer, Mixing Engineer, Music Composer 

-- 

PROJECT SUPERVISOR – Massimo Comuzio 

CO-SUPERVISOR – Lorenzo Denova 

SOUND DESIGN SUPERVISORS – Lorenzo Di Tria, Matteo Milani 

MUSIC SUPERVISOR – Claudio Gabbiani 

ASSISTANTS – Enrico Carucci, Francesco Lorussi, Raoul Marini, Michele Zelioli, Mattia Scarparo, Giovanni Martini, Adriano Pellegrino, Paola Cadeluppi 

DUBBING (ADAP) – Aglaia Zanetti 

La inspiración

El cortometraje es un homenaje continuo al arte europeo y, especialmente, al italiano, exaltando su gracia y elegancia. Aunque muchas de las opciones surgieron de los estudios de arte y de la pasión por la literatura y el arte clásico, la idea de tomar la pintura como referencia surgió del estudio de Barry Lyndon, de Kubrick.

Eleonora Polo

La técnica

Desde un punto de vista puramente técnico, el verdadero reto de este proyecto era aportar a las escenas un efecto «pintado» durante la fase de compositing. Algunos de los programas informáticos utilizados por el grupo de trabajo fueron: Zbrush, Blender, Maya, Substance Designer, Substance Painter, Mari, Nuke, Photoshop, Marvelous designer, Premiere Pro, DaVinci Resolve, Houdini, etc.

Alessandro Magnotta

Las dificultades

Durante el proyecto, a veces tuvimos que ayudarnos unos a otros ocupándonos de cosas que estaban fuera de nuestra zona de confort. Un aspecto al que tuvimos que dedicar mucha atención y energía fue el agua: queríamos conseguir una representación muy realista y al mismo tiempo una semblanza sobrenatural para que sirviera de guía al protagonista y al espectador.

Piercarlo Lippi Demetrio Zema

El sonido

El proyecto incorporó imágenes y música desde el principio. No se trató una colaboración con vistas de sonorizar un proyecto en CGI, sino que hemos formado un auténtico equipo que ha trabajado en una única dirección. Alessandro compuso las melodías mientras que yo me ocupé de las decisiones instrumentales y de toda la parte de las mezclas. Como software utilizamos Logic Pro X para la música y Pro Tools para la edición y las mezclas.

Jacopo Tonetti

Descubre los cursos de la escuela de Artes Visuales