Trabajar y estudiar: consejos para conciliar el estudio y el trabajo

Fecha

28 diciembre 2023

¿Es posible maximizar la propia productividad sin comprometer la calidad del trabajo y de los estudios? Descubre cómo conseguir el equilibrio entre el desarrollo profesional y el académico.

Conciliar el trabajo y el estudio representa un reto importante para las personas que buscan obtener buenos resultados tanto en su formación como en su carrera profesional. Es cada vez más común entre los jóvenes buscar un estilo de vida equilibrado entre los requisitos laborales y los compromisos académicos, que tenga en cuenta también las necesidades psicológicas y físicas.

A continuación, una guía completa que, a través de recomendaciones específicas, te permitirá optimizar tu productividad sin comprometer la calidad del trabajo y del estudio, garantizando siempre un crecimiento profesional y académico en armonía.

Organización del tiempo: planificar con eficacia

Para conseguir organizar de la mejor manera posible el tiempo disponible se requiere una atenta planificación de los compromisos laborales, de las sesiones de estudio y de las pausas, con el fin de mantener alta la concentración.

Subdividir las horas en bloques dedicados a actividades específicas puede ayudar a determinar una separación clara entre la dimensión laboral y la universitaria. De esta forma se reduce el riesgo de superposición de tareas y estrés y se optimiza el rendimiento en ambos contextos.

El uso de software o aplicaciones para la gestión del tiempo, como Wonderlist, Todolist o Pushbullet, puede simplificar la planificación diaria, al mantener bajo control todos los deberes y teniendo en todo momento una visión clara y completa del programa.

Naturalmente, la cantidad de horas laborales por semana afectará significativamente a la gestión de las tareas académicas. Por este motivo, merece la pena considerar un contrato a tiempo parcial, de ser posible, puesto que permite un mejor equilibrio entre trabajo y estudio, así como gestionar los distintos compromisos con mayor flexibilidad.

Prioridades y objetivos: definir qué es lo más importante

Considerando las limitaciones de tiempo y de recursos, la clave para un equilibrio eficaz entre el estudio y el trabajo está en la capacidad de establecer las prioridades y los objetivos a alcanzar, evitando así invertir energía en tareas menos significativas.

Desarrollar una plena conciencia en estos términos significa saber reconocer y separar las metas realistas de las inalcanzables, con el objetivo de emprender una trayectoria más clara y satisfactoria.

Dentro del contexto laboral, esto podría traducirse en concentrar la propia atención en proyectos prioritarios o tareas urgentes, mientras que en el ámbito académico podría significar alternar la preparación de materias más relevantes con otras más ligeras para poderse enfocar mejor en las primeras.

Comunicación eficaz: compartir expectativas con colegas y docentes

En un contexto en el que coexisten el trabajo y el estudio, una comunicación abierta no solo ayuda a evitar malos entendidos, sino que, además, permite establecer expectativas realistas basadas en una comprensión compartida de las prioridades y los deberes.

A través de una comunicación eficaz es posible cultivar relaciones positivas, tanto en el contexto laboral como en el académico, con el objetivo de construir una valiosa red de apoyo para hacer frente con tranquilidad a los retos diarios que presentan estas dos importantes esferas.

Técnicas de estudio y productividad: optimizar el tiempo de aprendizaje

Comprender cuál es el método de estudio más indicado según las exigencias personales es fundamental si se quieren obtener buenos resultados. Veamos algunas de las recomendaciones prácticas que pueden mejorar las técnicas de estudio y agilizar el aprendizaje.

-          Planificación del tiempo: esta técnica permite crear un programa de estudio detallado, subdividido en bloques de tiempo específicos para cada materia.

-          Repetición espaciada: este enfoque contempla la revisión regular de conceptos clave a intervalos siempre crecientes, lo que ayuda a mejorar la memoria a largo plazo.

-          Investigación activa: este método permite crear flashcards, soportes impresos o electrónicos con información para memorizar. Esto permite revisar los apuntes y subrayar con distintos colores para reforzar la memoria visual y favorecer una comprensión duradera.

-          Ambiente de estudio: crear un ambiente ordenado y bien arreglado puede ayudar a reducir las distracciones y a mejorar la concentración.

-          Estudio inteligente: este método consiste en seleccionar el material más importante para poder concentrarse en él y evitar perder tiempo valioso.

-          Enfoque progresivo: consiste en subdividir los temas complejos en secciones más pequeñas para facilitar aún más la memorización.

-          Uso de recursos online: aprovechar los videotutoriales, cursos en Internet y material de estudio interactivo permite variar el enfoque de aprendizaje y ayuda a mantener un alto nivel de concentración.

Gestión del estrés: estrategias para hacer frente a la presión

A menudo la superposición de compromisos académicos y profesionales puede generar una carga de trabajo excesiva. Las presiones temporales, por ejemplo, podrían acentuar el nivel de estrés y provocar incluso ansiedad y malestar, tanto físico como mental, con la consiguiente pérdida de concentración.

Si bien el estrés durante los períodos más intensos es algo normal, cuidar de la propia salud mental es tan importante como superar los retos académicos y profesionales.

Veamos algunas estrategias que podemos adoptar para cuidar descuidar nuestro bienestar.

-          Pausa activa: tomarnos pausas breves pero regeneradoras durante el día puede refrescar la mente y reducir el estrés acumulado; alternar actividades, como hacer estiramientos, practicar la respiración profunda o dar breves paseos, ayuda a mantener la mente activa.

-          Autocuidado: dar importancia al sueño para garantizar un descanso suficiente permite que el cuerpo y la mente se regeneren. Introducir el ejercicio físico en la rutina semanal y dejar tiempo para actividades agradables y relajantes es fundamental para enfrentar mejor el día.

-          Comunicación eficaz: comunicarse abiertamente con los colegas y compartir las cargas de trabajo puede reducir la sensación de aislamiento y fomentar un ambiente de trabajo colaborativo.

-          Flexibilidad mental: adoptar una mentalidad abierta y flexible permite hacer frente a los cambios con más tranquilidad y desarrollar la capacidad de adaptación a las situaciones fortuitas.

-          Gestión del tiempo: dar prioridad a las tareas según la urgencia y la importancia nos ayuda a no sentirnos agobiados por una carga excesiva de estudio o de trabajo.

-          Mindfulness y meditación: estas prácticas ayudan a reducir el estrés y mejoran la concentración. Incluso solo unos minutos al día pueden marcar la diferencia.

La implementación de estas estrategias puede contribuir a mantener un equilibrio sano entre el trabajo, el estudio y la vida personal, lo que mejora la salud mental y reduce el estrés acumulado.

Momentos de descanso y relajación: cuidar del bienestar personal

Dedicar tiempo a relajarnos entre una tarea y otra permite recargar las pilas y hacer frente a los retos cotidianos con una perspectiva más positiva y equilibrada. Estos momentos pueden adoptar formas diferentes: desde actividades relajantes como la lectura o la meditación, hasta momentos sociales con amigos y familia.

Dedicar tiempo de forma consciente a la relajación no solo representa una inversión en la propia salud, sino que además contribuye a garantizar un enfoque más sostenible y gratificante para la gestión simultánea del trabajo y del estudio.

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