Fecha

01 julio 2019

E-learning: la formación continua ganando ubicuidad gracias a la tecnología. Un enfoque flexible, colaborativo y personalizado para una formación de alta calidad.

Paul Valéry soñaba “la conquista de la ubicuidad”, imaginando una sociedad en la que toda manifestación artística se pudiera disfrutar en cualquier parte del mundo. Internet lo ha hecho posible, incluso más allá de sus expectativas, afectando a todos los sectores de la vida.

Sin duda, para una sociedad nómada, donde todos nos movemos continuamente, es fundamental disponer de una formación continua allá donde estemos. Con este objetivo se creó el departamento de E-learning del IED Madrid en 2011.

En el IED sabemos que la formación no puede quedar anclada en herramientas y paradigmas de otro tiempo. Es por ello que planteamos una propuesta de formación actualizada, flexible y accesible, creada con contenidos propios de gran calidad. Una realidad educativa mediada por un entorno online de tecnología integrada, un ecosistema que habilita el sentido más práctico del aprendizaje y que se adapta a nuestra cultura del proyecto.

Con esta filosofía surgió el e-learning, en un primer momento como apoyo a las pruebas de acceso, dando servicio a muchos posibles estudiantes en más de 30 países, pero pronto se volvió una herramienta fundamental para completar la formación offline. Ha ido creciendo desde entonces para convertirse en una realidad para todo el Grupo IED, tanto en modalidad 100% online como blended. En la actualidad forma a 21.800 alumnos distribuidos en 5.700 espacios online, para un total de 116.668 horas online.

Asimismo, su aportación va apareciendo en varios sectores de la organización del IED, abarcando desde una mejor capitalización del conocimiento a una experiencia didáctica diferente, pasando también por la mejora de la gestión de muchos servicios que las secretarías didácticas deben realizar cotidianamente, bien porque algunas tareas son automatizadas o porque permiten el acceso a los mismos en cualquier momento y en cualquier lugar a alumnos, docentes y staff IED.

Todos estos son datos permiten entender el volumen e importancia que ha adquirido este departamento, sin embargo, la parte más destacable es la aportación de nuevas metodologías, que permiten aproximaciones diferentes a los contenidos y la adaptación de los mismos a perfiles de estudiantes muy diversos, algo fundamental en una institución como el IED con alumnos que vienen de más de 50 países.

En efecto, si algo ha caracterizado al IED, aportando un valor distintivo, es su capacidad para generar experiencias didácticas ricas, con actores y situaciones reales, y siempre conectadas al mundo profesional a través de una metodología de proyecto.

 

La metodología online no solo adapta las prácticas presenciales más consolidadas del IED, sino que debe añadir valores y posibilidades. Podemos hacernos tres preguntas para definir la estructura básica de un curso 100% online: ¿qué hacemos, dónde y cómo? De estas tres preguntas obtenemos tres ámbitos de acción: los contenidos, la interacción y el ecosistema.

Contenidos. Pueden ser estáticos y dinámicos. El objeto de establecer dos formatos permite proveer al estudiante dos actividades discursivas diferentes, aprovechando las capacidades de los diferentes lenguajes para ahondar en determinados aspectos y complementar la información. En relación con el aspecto motivacional, el empleo de contenido multimedia y/o interactivo, distribuido convenientemente en la secuencia temporal de un curso, puede ayudar a volver más atractivo e intuitivo el aprendizaje, además de favorecer una mayor acción y participación. Al mismo tiempo, nos va a permitir medir y conocer mejor el progreso de los estudiantes en su comprensión y asimilación de los contenidos. Para ello, los contenidos se orientan a una mayor interacción, permitiendo intercalar problemas y conectarlos a las herramientas de seguimiento. Por último, cabría mencionar una tercera vía de materiales, que serían los contenidos específicos, un tipo de contenido ad hoc, que puede ser incluso físico y que, además de una intención didáctica afinada, puede resultar un aliciente para la motivación por el grado de exclusividad y porque acentúa un producto cuidado.

Interacción. Apostamos por un planteamiento didáctico donde el protagonismo está en lo que se aprende y no tanto en lo que se enseña, donde el hilo conductor está en las actividades, en lo que los estudiantes generan, en la interacción y la comunicación, en todo lo que acontece, y no tanto en el contenido (aunque, como hemos señalado, este aspecto también se cuida de manera distintiva). En este sentido, los roles juegan un papel muy importante, porque a través de ellos podemos modelar las relaciones, las interacciones y la experiencia didáctica, dotando al estudiante de una mayor responsabilidad, desarrollando un papel más activo en su aprendizaje y relevante en un contexto de grupo. Y esto nos permite establecer unas relaciones más horizontales entre los roles visibles de la experiencia didáctica, ampliando los horizontes de esta hacia un modelo de comunidad de aprendizaje.

La interacción está dotada de diferentes canales dependiendo de la finalidad. Estos canales pueden ser síncronos o en tiempo real, para impartir clases magistrales, tutorías, etc.; o asíncronos, como un foro, un chat, mensajería privada. Los canales de interacción se ven modelados por los diferentes usos; por ejemplo, un foro puede servir para organizar, para realizar consultas, para romper el hielo, para debatir, compartir una investigación, para poner en común proyectos, para construir conocimiento, para valorar, etc.

Ecosistema. Generar un ecosistema para el aprendizaje rico y heterogéneo no consiste solo en facilitar al estudiante herramientas para acceder a un aprendizaje continuo y ubicuo, habilitando metodologías muy variadas y favoreciendo diferentes estilos de aprendizaje. Además, permite dotar al alumno de una identidad digital, fomentando el desarrollo de las competencias digitales mientras hace posible incrementar su currículum a través de la activación de un portfolio digital como parte de su proyecto y más allá de la temporalidad del curso. La disposición de un ecosistema que va más allá del contexto del propio curso, responsive para cualquier soporte, habilita la formación integral del individuo, ya que suministra al alumno procesos, hábitos y herramientas que le acompañarán en toda su carrera profesional.

Todo ello está orientado a activar el desarrollo de competencias tales como conocer, investigar, producir, colaborar, compartir, conectar y gestionar. Esto legitima y conecta con el modelo teórico IED, basado en los tres pilares PENSAR, CONSTRUIR y COMUNICAR, al mismo tiempo que favorece un proceso de investigación. El resultado es un conocimiento nuevo, transformado y proyectado.

Las consecuencias son muchas, destacando entre ellas la mayor personalización de los contenidos y ritmos de aprendizaje, un factor esencial sobre todo en el inicio del recorrido didáctico, especialmente para alumnos que aún no conocen bien el idioma local o con algún problema intelectivo, pero va más allá. El concepto de personalización que planteamos se basa en experiencias colaborativas, internacionales, conceptuales, productivas, profesionales, multiculturales, prácticas, que van a aportar sustancia a una realidad educativa donde el alumno pueda moverse hacia formatos y métodos de aprendizaje distintos. Podemos configurar diferentes realidades académicas, basadas en la libre configuración y también orientadas a la diversidad experiencial, flexibilizando pues la experiencia de aprender.

Gracias a estas características se augura un futuro lleno de posibilidades para este tipo de formación, que puede dar servicio a un número ingente de personas; por ejemplo, a aquellas que reclaman una formación continua y cuyas condiciones vitales no son compatibles con una formación presencial, o también a personas que viven lejos de nuestros centros. Pero no solo afecta a potenciales estudiantes, sino también a aquellos que guiarán su formación, ya que se cuenta con profesionales que residen en lugares distintos del mundo, ampliando el cuerpo docente a los mejores profesores posibles...

¿Alguien se pregunta aún si hemos conquistado la ubicuidad?

Autor: Carlos Brenes

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