El arte clásico, con su concepción universal e inmutable de «belleza ideal», siempre ha fascinado al ser humano.

A través de la reinterpretación de los cánones estéticos del pasado, el concepto de belleza cambia en el proceso de diseño de Silvia Felli: la perfección del clasicismo se transforma y, en parte, se destruye. Así es como surge en la colección una nueva idea de belleza «descompuesta», interrumpida o completamente aniquilada.